El viernes pasado la Consejería de Educación publicaba una extensa nota de prensa. En ella se nos informa sobre la publicación oficial de un estudio sobre la incidencia del proyecto TIC en la comunidad educativa (a una investigación de fines similares, también de la Universidad de Málaga, nos hemos referido en otra ocasión). Con este fin, se han seleccionado ocho centros tic, de Primaria y Secundaria, de todas (?) las provincias andaluzas. (Supongo que corresponderá a un centro por provincia). De estos datos, es fácil deducir que el tamaño de la muestra es reducido: se entrevistaron a 175 estudiantes y a 134 docentes.
La nota de prensa recoge – me parece- en términos más bien triunfalistas algunos de los resultados, observaciones o recomendaciones de este trabajo. Así, manifiesta que el proyecto tic:
- fomenta la motivación del alumnado;
- ha despertado la necesidad en el profesorado de una formación técnica y pedagógica que fomente el trabajo en equipo;
- provoca efectos de socialización en las familias, por el uso de los recursos informáticos;
- pone de relieve la necesidad de la escuela de padres y madres, para colaborar en la formación de los hijos y en la comunicación on-line con los docentes;
- favorece los espacios de reflexión sobre programas informáticos y recursos didácticos, así como formas alternativas de trabajar el currículo sin el libro de texto.
Cualquiera que leyera esta nota de prensa podría pensar que el proyecto tic es algo así como la panacea universal que resuelve todos los males- habidos y por haber- del sistema educativo no universitario. Parecía obligado, pues, consultar las fuentes. En la propia nota se enlaza a la publicación del informe final que lleva por título La emergencia de buenas prácticas. Junto a un folleto de 41 páginas que sintetiza las conclusiones del estudio, se publican, asimismo, con el mismo título dos tomos de análisis. He estado hojeando el folleto. Y, como recomendaciones, manifiesta lo siguiente ( la numeración es mía):
- Cualificar los entornos: la apertura del centro a su entorno.
- Favorecer y dinamizar la creación de escuelas de padres y madres.
- Estimular y favorecer los procesos horizontales de formación del profesorado.
- Mantener y enriquecer la colaboración entre centros y CEP, como agente de innovación educativa en el uso de medios tecnológicos.
- Crear y estimular redes de intercambio entre docentes y centros.
- Estimular la colaboración entre coordinadores tics.
- Repensar la dotación de personal a los centros educativos.
- Crear equipos técnicos para zonas pequeñas que se ocuparían de las incidencias técnicas.
- Promover proyectos concretos de experimentación didáctica con tic.
- Creación de una base de recursos en la que estén disponibles experiencias ajenas.
- Creación de software educativo y materiales didácticos.
- Favorecer la creación de materiales propios.
Como conclusión general se indica que el proyecto pone de relieve "las posibilidades y las carencias de personal, formación y recursos que requieren la continuidad de un esfuerzo sostenido de orientación y desarrollo para ir propiciando el salto cualitativo que requiere la integración de las tic no sólo en el centro educativo sino en el currículo real que se practica en las aulas".
Tras esta síntesis, es fácil advertir que la nota de prensa manipulaba groseramente las recomendaciones de este trabajo. Parece claro que algunas de estas recomendaciones las suscribiríamos muchos de nosotros.
En fin, creo que en esta ocasión este estudio puede ser un buen punto de partida para la reflexión y análisis del proyecto.
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