Profesorado y nuevas tecnologías

Es evidente que en cualquier proceso educativo el profesor ocupa una posición destacada y relevante: todos-creo- reconocemos que sin la colaboración y convencimiento – ya no entusiasmo- del profesorado cualquier modificación- de mayor o menor alcance- carece de futuro. Toda iniciativa, plan o programa, planificado y ejecutado desde las administraciones, sin la decidida cooperación de los profesores tendrá un difícil y accidentado desarrollo en los centros. A lo sumo, podrá convertirse en un loable intento de modernización o cambio.

También me parece de difícil refutación, desde nuestra propia experiencia como centro y por las diversas encuestas y estudios que se han ido publicando, que el proyecto tic en Andalucía sufre y adolece de un trastorno teratogénico, esto es, hace ya unos años la administración educativa concibió y dio a luz un proyecto en el que ha primado la dotación material- modificación de instalaciones, mobiliario, servidores y ordenadores- sobre la formación de los responsables de su explotación y aprovechamiento en el aula, los profesores. Es bien cierto que los centros tic han solicitado de modo libre y voluntario  incorporarse a este proyecto: los centros tic deben presentar el correspondiente proyecto de integración de las tic en el aula y los claustros se comprometen mayoritariamente a realizar las actividades formativas necesarias que permitan el desarrollo del programa. Quizá ese compromiso, expresado en la voluntad colectiva de un claustro, no sea considerado vinculante por muchos de los componentes individuales de ese órgano. En todo caso, parece claro que la administración autonómica ha realizado- y sigue realizando- un importante esfuerzo económico para la adaptación de instalaciones y  dotación de material informático, pero persiste la obliteración de la formación de los profesores.

Tras estos trastornos en el origen y parto del proyecto tic, sucede hoy que se ha propiciado que aparezcan en los centros educativos dos subespecies de profesorado: los tecnoadictos (casi geek), una minoría, y los tecnófobos, profesores que experimentan un profundo y arraigado rechazo a cualquier asunto tecnológico. No creo que mis compañeros tecnófobos-al menos, la mayoría- adopten esta postura por un desarrollado y extremo espíritu crítico que les conduce a la hostilidad, a la manera de Andrew Keen, o bien, de un modo más sereno y equilibrado y ecuánime, pongan de relieve algunas limitaciones del planeta 2.0: superficialidad, amateurismo o charlatanería. Tampoco he escuchado observaciones sobre las limitaciones de determinadas herramientas web 2.0, como las de Juan José de Haro o de Adolfo Estalella , que justifiquen su animadversión.  En fin, estoy convencido de que las razones que explican esta actitud están más próximas a las que recoge una de las encuestas publicadas en el Plan Avanza, que apunta, básicamente, a cuestiones formativas y de apoyo:

Los obstáculos principales percibidos por el profesorado para el uso de las TIC son dos: bajo nivel de formación en TIC del profesorado (en el 78,2% de los casos) y falta de tiempo para dedicar a las TIC (en el 72,3% de ellos).También en porcentajes muy elevados, el profesorado cita como obstáculo la carencia de personal especializado en TIC que preste apoyo en las clases (63,9%), la escasa motivación del profesorado para el uso de las TIC (58,9%), la escasez de recursos tecnológicos en el centro (57,3%) y el desconocimiento de cómo utilizarlas TIC en las áreas curriculares (51,6%). En una proporción claramente inferior se cita como obstáculo la dispersión de información en internet (por el 40,0% del profesorado), la falta de recursos educativos disponibles en internet (por el 31,3%) y el perfil del alumnado (por el 26,9%).

Por último, estoy- casi- seguro de que las TIC presuponen un cambio metodológico, y este cambio que muchos profesores vislumbran es el principal obstáculo. Y esta necesaroia transformación en el aula no es sino el reflejo de un nuevo modo de acceso y procesamiento de información, esto es, el aprendizaje en la era digital. Ya algunos, incluso, han conceptualizado y etiquetado ese cambio como conectivismo, a saber, una teoría del aprendizaje en la que se hace hincapié en las habilidades para establecer conexiones entre  nodos o fuentes de información especializadas, el flujo de información, la toma de decisiones como proceso de aprendizaje, la actualización constante…

4 pensamientos en “Profesorado y nuevas tecnologías

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