Detección de plagio

Ayer comentaba con algunos compañeros (Matías, Antonio y José Ramón) algunas dificultades que había tenido en la publicación del Comentario que forma parte de la entrada que la Wikipedia recoge sobre la película Hércules de Disney. José Ramón, siempre atento, me comunica- y demuestra- ayer tarde en un correo electrónico que la aportación de una de mis alumnas- que había sido borrada por los bibliotecarios de la Wikipedia- no era sino un plagio de otro comentario, que podía hallarse fácilmente en Internet. Sin que sirva de disculpa, ya les había hecho notar que me había sorprendido la calidad del escrito que no era, sin duda, muy congruente con otras exposiciones escritas de la alumna. Pero lo cierto es que, en la confianza (¿ilusoria?) del progreso de nuestros alumnos, debo admitir que no había sospechado que se tratara de un vulgar corta y pega, del que ya nos hicimos eco con Eco hace un tiempo.

Como resultará ya evidente para el lector, este hecho ha provocado en mí una pequeña búsqueda e indagación sobre lo que algunos denominan ciberplagio. En este rastreo he podido advertir que en el mundo académico anglosajón, especialmente en el ámbito universitario, están seriamente preocupados por la facilidad y extensión de este fenómeno, como acreditan la abundancia de portales especializados de diversas universidades británicas y norteamericanas, que consideran deshonroso y punible, mediante regulados procesos disciplinarios, el plagio, esto es, atenta contra la academic integrity y se infringe el honor code que compromete al estudiante norteamericano. Asimismo, dado el interés que suscita, no resulta extraña la proliferación de empresas que ofertan sus productos comerciales para la detección del plagio, si bien existen algunas herramientas gratuitas (Wcopyfind). Por cierto, una de estas herramientas Moss, diseñada en la Universidad de Stanford para detectar el plagio en las clases de programación, puede ser de especial interés para José Ramón, que me comentaba, justamente esa mañana, el rastreo que debía realizar en los ejercicios de programación de sus alumnos.

Nos parece claro que la importancia que se le concede a la detección del plagio en el ámbito educativo anglosajón, más allá de las cuestiones de moralidad protestante, obedece al papel central que se le otorga a la elaboración de papers por el alumno.Resulta curioso que Roger Schank, un especialista en ciencia cognitiva al que conocemos los lingüistas, arremeta tan duramente contra la metodología educativa norteamericana en una interesante entrevista que podéis ver en el vídeo más abajo, o si lo preferís, leer en su transcripción.

Y digo que resulta curioso porque la relevancia de los papers y su correlato, la persecución del plagio a la que nos hemos referido, pone de relieve que se cree y se defiende que se aprende haciendo, la tesis que defiende Roger Schank.

En fin, creo que cuando nos preocupemos seriamente en vigilar la calidad- y originalidad- de las producciones de los alumnos, como método básico en su aprendizaje, de modo simultáneo precisaremos de herramientas, más allá del motor de búsqueda de Google,  que nos ayuden a detectar los plagios. Y alguna, imperfecta, ya existe en España, que, lamentablemente, no ha detectado el plagio motivo de este comentario.

Addenda 6-7-2007. Acababa esta entrada con el ánimo de que los trabajos de los alumnos sean debidamente valorados, como elementos centrales de su formación. De manera accidental, he tropezado con un portal del Departamento de Educación de Cataluña que, justamente, provee ayudas e instrucciones para la elaboración de trabajos de investigación por los alumnos de Bachillerato (y mi sorpresa crece cuando he leído que este trabajo es preceptivo y obligatorio para todo alumno de 1º de Bachillerato en Cataluña). En el primer enlace se ofrece una base de datos de trabajos-más de 500- de los alumnos. ¿No os parece digno de emulación?

 

 

8 pensamientos en “Detección de plagio

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  3. Quizá convendría aclarar que el plagio no es exclusivo de los alumnos con dificultades de expresión, sino que, en ocasiones, también lo perpetran autores de reconocido prestigio. Citaré dos casos. Comienzo por el más reciente, del que hoy viene una referencia en el diario El País. Me refiero al plagio de un artículo del escritor orensano José María Pérez Álvarez por parte del laureado autor Alfredo Bryce Echenique, el cual le ha presentado sus disculpas, tres meses después, y ha atribuido todo a un complot. Extraño suceso, sin duda, digno de una novela de intriga. Y el segundo tiene como protagonista a nuestro Premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela, al cual hace algunos años le acusaron de plagiar en su novela â??La cruz de San Andrésâ? otra de la autora Mª del Carmen Formoso Lapido. Hubo querella por parte de ésta, que se archivó en diciembre de 2002; pero que ahora ha sido reabierta por el Tribunal Constitucional. A ver en qué queda todo.
    En cualquier caso, y lo digo por desdramatizar el asunto y verlo desde una perspectiva diferente, no está de más recordar las siguientes palabras, no exentas de humor, del novelista francés Jean Giraudoux: â??El plagio es la base de todas la literaturas, exceptuada la primera, que por otra parte es desconocidaâ?. Así han empezado todos los escritores: imitando o plagiando a sus autores favoritos.

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  5. Saludos y perdonad mi intromisión:
    ¡Qué enfoque tan acertado de una situación que vez ocurre con más frecuencia!
    Muy acertada la relación con la clave del funcionalismo americano, el lema del learning by doing que acuñó John Dewey. Has dado con una reflexión que se merece ríos de tinta por la amplitud de matices y consideraciones que se derivan. Ya ampliaremos la discusión en un foro más apropiado.
    Pero hay una duda que recorre mi cabeza: ¿el tremendo acierto con la entrevista de Roger Schank es el generador de este post? O por el contrario ya estaba germinado por los trastornos derivados del plagio y fue recogida como maná del cielo.
    Gracias.

  6. Bienvenido a este blog, Adolfo. Y veo que preguntas por la génesis de la entrada.
    El origen de este articulo es, como se explica, el desagrado que me produjo comprobar que una alumna había copiado un comentario que había alojado en la Wikipedia, y que un robot de la Wiki detectó y borró.
    ¿Cómo apareció Roger Schank en escena? Porque es un psicólogo cognitivista conocido para los lingüistas, que mantiene y sostiene una teoría del aprendizaje muy sugestiva y alejada de elucubraciones. Y, por cierto, otro ámbito de trabajo de R. Schank, además de la psicología, la lingüística y la educación, es la inteligencia artificial, la computación y el e-learning.
    En fin, dada la amplitud de sus campos de estudio, es difícil no tropezar con él, ¿verdad, Adolfo?

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